Este fin de semana me han pedido que ilustre un fragmento del libro La estrella peregrina de Ángeles Irisarri. La historia cuenta la peregrinación de la condesa Conquereuil a Santiago de Compostela desde la Bretaña francesa, para recibir la indulgencia y pedirle al Apóstol que haga crecer a su hija Lioneta, que es enana y que a causa de su deformidad es rechazada por las gentes e incluso por su propio padre. El fragmento a ilustrar es una descripción de Lioneta y dice así:
- Mi hija, que ha cumplido seis años largos, es una criatura imperfecta…. Las gentes la llaman la “monstrua”… Tiene la cabeza muy grande para su cuerpo; los rasgos de su cara son raros y deformes con la frente muy grande, las mandíbulas prominentes, la nariz muy chata y los labios y la lengua muy gordos. Tardó en andar y aún se bambolea, aunque eso no le impide correr como un perro persiguiendo a un gato; tiene los brazos y las manos cortos y gordos y las piernas también a más de arqueadas, el pecho y el vientre abultado y ya le apunta en la espalda una joroba. No obstante, su cuerpo resulta proporcionado, acorde con su altura.
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