Uno de los últimos encargos y con el que he disfrutado mucho mucho ha sido este de pintar dos abanicos a mano con absoluta libertad. Es una sensación tremenda esa de ir improvisando sobre la tela, imaginando lo que vas a hacer justo antes de hacerlo y con el riesgo de poderte equivocar. Yo creo que es bastante divertido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario