Me apetece compartir desde el blog la experiencia de llevar un huerto,
contando con que parto de cero y todo lo que hago desde ahora es aprender. Por
si a alguien le interesa aprender conmigo!
Por aquí seguimos haciendo
trabajos hortelanos, y muy contentos. El huerto lo llevamos entre mi primo
Mario y yo, pero también nos echan una mano de vez en cuando nuestros
respectivos padres. Sobre todo al principio, estado en el tiempo al que
pertenecen estas fotografías. Para haceros una idea de cómo funciona el riego a
manta, decir que el huerto está integrado en una parcela que ya tiene un
sistema de acequias incorporado, y que junto con el resto de fincas colindantes
conforman una red de regadío estructurada y que, además, tiene unas normas.
Estas son básicamente que no se nos permite regar entre semana a los
hortelanos, dado que hay unos turnos marcados para las grandes explotaciones de
cultivo de lunes a viernes. Así que todos los sábados o domingos, nosotros
regamos nuestro huerto.
Aquí veis a mi pobre padre
cerrando una de las tajaderas, un trabajo muy costoso! La ruleta azul sirve para subirla o bajarla
mediante una rosca que se encuentra dentro del tubo azul. El problema aquí es
que el volante es muy pequeño así que tenemos que dar muchísimas vueltas tanto
para subir como luego, una vez finalizado el riego, bajar y después la
operación contraria en la tajadera de al lado.
Al
abrir la compuerta correspondiente a nuestro terreno el agua empieza a brotar
por la boca principal. Aquí veréis cómo hemos hecho para desviar el agua a un
lado del campo, mediante unas piedras que evitan que se erosione la
construcción del riego con la presión.
El sistema a partir de ahora es
bastante sencillo (a pesar de ser un gran invento!), lo que pasa es que el agua
empieza a colmar el cequión. Para que no se salga ponemos la tajadera que
construimos los primeros días, ¿os acordáis? al final
del riego. Y destapamos los tubos por los que nos interesa que entre el agua
que regará las hortalizas.
Los tubos tienen unos tapes
hechos con tiestos llenos de hormigón y un hierro en forma de asa. De esta
forma podemos destaparlos y taparlos con facilidad. En este caso como no
teníamos todavía mucho terreno cultivado destapamos solo los tres tubos que nos
proveen de agua para las tomateras, las cebollas y por otro lado, juntas, las
acelgas, borrajas y lechugas. De este modo el agua pasa de un lado a otro del
caballón, a través de los tubos.
Estas fotos son de las primeras
semanas, ahora está todo muy crecido, incluidas las hierbas, de las que os
hablaré más adelante. Tengo unos vecinos majos que además de lo que había
puesto me han dado dos variedades de calabaza sudamericana, también autóctona,
cebollas, meloneras y acelgas. Por cierto que ya he recogido la primera lechuga
y estaba riquísima!
Planteros de acelgas |
Plantero de melonar |
Plantero de calabaza argentina |
Y para acabar, dos fotos del huerto
más recientes, para que veáis cómo ha ido creciendo todo. En estos momentos ya
están tutoradas las tomateras (al fondo) con cañas, y han crecido mucho. Además
están llenas de flores así que pronto veremos los primeros tomates! :-)
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