¿Cómo ha empezado la semana? Bien no?
Lo que más me gusta en esta vida,
y eso que disfruto con muchas cosas, es pintar. No sé cómo describirlo,
simplemente es tan entretenido, tan agradable, tan apasionante también, que me
olvido del paso de las horas. Ésta
sensación se produce sobre todo cuando pinto lo que yo quiero, aunque siempre
me pasa en mayor o menor medida con algunos encargos. La entrada de hoy describe el
proceso de una ilustración de bienvenida, para un niño que acaba de nacer. Aunque
me piden un dibujo infantil, me dejan libertad absoluta para hacerlo así que
este es uno de esos encargos que satisfacen mis ansias creadoras ^^
Para empezar he hecho bocetos con
ideas que tenía en mente hasta que he llegado a la idea del niño sobre el
caballo balancín. Entonces he diseñado la idea a tamaño real y la he vuelto a
dibujar pasándola a limpio sobre un papel con un gramaje adecuado para pintar,
calcando con la mesa de luz. La mesa de luz es casera y muy fácil de hacer, con
un cajón de madera, un cristal y dos fluorescentes. Para pintar siempre tenso los
dibujos sobre cartones con cinta de carrocero. Así tengo movilidad y puedo
girar el dibujo y seguir pintando unas zonas mientras se secan otras. Por
último, los detalles finales con lápices de colores y línea negra. Y listo para
dar la bienvenida al mundo! FELIZ LUNES!!!!
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