No se me ha pasado la fiebre, me resulta estimulante ir
haciendo fotos durante el día, es una forma de destacar un momento
aparentemente banal, hacerlo presente y guardar su impronta.
Esta semana ha sido intensa y bonita. Probablemente el hecho de coleccionar fotografías de la misma en Instagram hace que aumente esta sensación, de haber hecho muchas cosas, de que éstas son entrañables. Cuando veo las fotos me vienen sensaciones muy buenas... a modo de breve explicación:
Los frisos egipcios en los que me inspiré para hacer la ilustración de marzo en mi querido Proyecto Kahlo;
Unas tazas japonesas de porcelana, antiguas, que me han regalado ♥;
El último instante de los Haikus de Primavera en la biblioteca Benjamín Jarnés,
justo antes de recoger la expo con ayuda de Carlos Zaragoza;
El móvil de papiroflexia que hizo Carlos y que está decorando la biblio del Matadero;
Durante un paseo, hice una foto a los frutos de un ciprés;
El libro de María Pilar Benítez "Caperucita no vivió en el Pirineo" con el cual me he emocionado.
Es fresco, sorprendente y tiene magia;
Tengo la costumbre de apuntar los libros que me leo en una libreta,
la última ya la llené y por eso estreno nuevo cuaderno
y éste lo he animado un poco con recortes de una revista que me trajo una amiga de Finlandia;
Todos los días paso por delante de una caseta verde, cuando vuelvo a casa;
Una madre me encargó esta ilustración para la habitación de su niña;
Me llegó la cuna colecho.
He terminado hoy, desde navidades, la chaqueta de punto para Saulo.
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